miércoles, 25 de enero de 2012

La China En El Mecanismo

La batalla, el duelo, la reyerta, el combate, la ansiedad, la calma, la tristeza, el dolor, algo metálico, la coreografía, la sinceridad, el valor, la fiereza, la fidelidad, el sentí miento, el juicio, el horror, la escapatoria, la conciencia, el mal hacer de…

El mecanismo de un reloj, la alineación, ¿un corazón?, la homotecia, una lanza, un vómito, rímel rasgado, un salto, engranajes, siempre hacia atrás, ausencia y… más ausencia, lo innecesario, lo vital, lo existente, lo inexistente, un daño, lo que nunca me he planteado, lo tranquilo y dañado, la costumbre.

Un tono, un planeta entero, un cuchillo, el paralelismo, una profunda herida, una servilleta, un golpe, un gran golpe, un pistón, un flashback, un abrazo, ¿un perdón?, una vía correcta, lo que debía ser relativo y no es, lo que me he planteado y es, ¿la realidad?, tu realidad.

Una campana, una segunda campana, una eternidad, un hombro, ¿un fin?, pseudocódigo, una fecha mezclada con una hora, un año, culpabilidad, comparaciones inútiles, ojos que se cierran, lustrosos coseletes, un enfoque diferente, una costra arrancada, un nido de serpiente, memoria desgastada, una disculpa y un putrefacto colofón.

La sangre, el monoteísmo, un esófago, un vacío, exceso de electrones, una nueva visión, una costura, una sutura, un mandoble, la negrura, la traición, el dolor supremo, el vértigo, la incomprensión, la decepción, un estilete que cae por su propio peso, lo inevitable, la razón que abraza un sinsentido, la penitencia, la conclusión, el abandono, la muerte.

Un futurible ahorcado.

martes, 24 de mayo de 2011

Despedida neuronal

No encuentro la línea de metro de la cual te vi salir tantas noches. Mucho me temo que no la vuelva a ver nunca. Me dicen que a falta de metro se puede ir tren o en bus. No lo comprenden. Creía echar de menos las esperas y los tejados empañados. Los buenos ratos. Trataron de convencerme de que no era a ti a quien quería y añoraba, sino lo que representas. Casi lo consiguen, todo hay que decirlo. No lo comprenden. Ahora sé que nunca quisieron ni fueron queridos. Nunca fueron amados y nunca lo serán. No supieron amar y jamás aprenderán. Definitivamente no lo comprenden. Ineptos o pobres diablos.

Sintiendo la realidad la rechazo. El cerebro toca tope, el corazón revienta y el alma dice "Para, por favor". Tanto tiempo covenciendo a mi mente, sin éxito, de que te has ido me doy cuenta de que te has ido. No necesita más pruebas ni frases banales. No hacen falta que nadie las va a escuchar. Esto se ha acabado y la mano que un día por mi frente paseaba ahora, a puño cerrado, arrastra los hilos de mi cordura en su retirada. Es el fin.

lunes, 21 de marzo de 2011

Botas manchadas

Lo peor que le puede ocurrir a una amistad no es que falle, sino que se desgaste. Un ser noble es capaz de tropezar consigo mismo y chocar de la más estrepitosa de las formas contra el suelo, pues a lo largo de una vida las circunstancias que lo rodean lo empujan de irremediable modo al error. Es trabajo de la amistad como entidad, saber entender, que no evadir, el problema y superarlo. A fin de cuentas y pese a que sea la cara más amarga de la amistad, es parte de la misma.

¿Qué ocurre cuando estos tropiezos son más frecuentes de lo que a todos nos gustaría? Que la amistad se desgasta. Paso a paso lo que en ciernes era un férreo proyecto y acabó como el más longevo de los titanes la lluvia constante puede tornarlo en ligero polvo de óxido. Y aparecen las dudas, la culpabilidad, la inseguridad y el miedo.

¿A caso el error es por entero mío? Creemos haber actuado de un modo correcto y aun así el sentimiento de culpabilidad está ahí, ¿por qué? Las trifulcas corroboran la sospecha de que algo no ha ido como debería y lo que nosotros considerábamos un acto de protección se torna en una puñalada directa no al corazón sino al alma. Todo se comprende ahora, no cabe lugar al perdón y se recuerdan las palabras de la poetisa neoyorquina Gabriela Mistral “Decir amistad es decir entendimiento cabal, confianza rápida y larga memoria; es decir, fidelidad“que momentáneamente y casi a todos los niveles cayeron en el olvido.

Todos estos demonios interiores – y exteriores - empujan al pensador a llegar a la conclusión más evidente: “Si no soy así, ¿por qué me comporto así? – Quizás sí seas así. – No, yo no soy así, nunca antes lo he sido, es que no puedo actuar como desearía hacerlo y la razón choca con el sentimiento” En ningún momento son las circunstancias lo que lo han colocado en una mala situación, sino su manera de evaluar y actuar propiamente dichas. ¿Se trata de egoísmo?, ¿mal hacer?, ¿desconocimiento?, ¿ausencia total de empatía?, ¿desagradecimiento? Los personajes de las historias sufren, sus cariños se debilitan, el flujo de confianza se vuelve transparente y su bombeo más débil. El daño hecho es perenne y desangra tajos, desesperanzando al más pintado.

Llegado este punto solo queda actuar de un modo pasivo y constante; ni algo tan ilusorio como un salto temporal podría solucionar el daño, pues sin la experiencia extraída caeríamos en un bucle irremediable de sucesos, siendo así hay que mirar para adelante y siempre agarrando la mano que creías hostil. No son otros sino el cincel de la memoria y la maza de la razón nuestros únicos aliados, marcándonos el camino a seguir y decisión nuestra como interpretarlo y recorrerlo. Siendo parcialmente negativo de origen - como a cambio de sudor, lágrimas y un par de corazones rotos me han ayudado a comprender - me niego a hincar las rodillas en el suelo de la decepción, pues ésta es un sentimiento como otro cualquiera. No, no seré como ellos, como mi cuna. Cada uno tenemos nuestro propio camino y es decisión nuestra y de nuestros allegados qué tramos de nuestras vías serán compartidas. Entiendo la decepción como un tramo defectuoso en angosto momento de esos caminos, y no como un punto muerto en los mismos. Y solo yo sé por quién sacaría el cuerpo entero del mismísimo alquitrán si fuera necesario.


sábado, 27 de noviembre de 2010

Test de Goldberg

Trabajo en una empresa como programador informático, este último par de años hemos tenido una relación muy estrecha con determinado laboratorio farmacéutico especializado en el tratamiento de la depresión.

Tras más de 100 reuniones y haber conocido cerca de 200 médicos de Atención Primaria terminas cogiendo cierta confianza con ellos y al ser eminencias en lo que a trastornos depresivos se refiere no se me ocurre nadie mejor de mi entorno para comentarle brevemente mi caso a uno de ellos con el que he hecho "buenas migas" durante los últimos meses.

Su consejo más inmediato fue que acudiese a mi médico de cabecera para comunicarle mi estado mental y que ellos seguramente me derivarían al especialista, no sin antes decirme que el 40% o 50% de la población se encuentra en el mismo estado que yo. Consuelo de muchos...

Tras este consejo un poco estandar en su profesión me comentó que el, en su clínica privada, utilizaba siempre dos test para ahondar rápidamente en el estado depresivo del paciente, estos son el teste de goldberg y el test de hamiltong, siendo el primero más efectivo que el segundo. Me propocionó los test y me aconsejo llevarlos al médico de cabecera respondiendo con total sinceridad a estos, de modo que así lo haré. Por ahora el resultado del de Goldberg, que se puede hacer online, es el siguiente.





Calcule el riesgo que tiene de padecer una depresión
Test de depresión de Goldberg

Este test de depresión ha sido diseñado por Ivan Goldberg, Doctor en Psiquiatría. Por favor, responda a todas las preguntas del recuadro y a continuación pulse el botón Calcular.

En la escala de depresión de Goldberg puede ver si presenta o no síntomas de depresión. Además, puede utilizar esta escala para medir sus progresos en caso de seguir un tratamiento médico o una terapia. Una variación del 5% puede ser un síntoma tanto de mejora como de empeoramiento. Al responder a las preguntas, debe tener en cuenta cuál ha sido su estado de ánimo durante los últimos siete días. Tenga en cuenta tan sólo ese periodo y elija la casilla que mejor se ajuste a su estado de ánimo.

Por favor, tenga en cuenta que el resultado de este test no constituye un diagnóstico definitivo, que sólo puede emitir un profesional. Cualquiera que sea el resultado del mismo, si sospecha que puede estar sufriendo una depresión debe consultar a su médico lo antes posible. Si lo desea, puede imprimir los resultados y enseñárselos a su médico, ya que puede resultar útil para el diagnóstico.

Consultor médico: Dr. Pierre Levasseur, Medicina General.
Fuente y copyright: Dr. Ivan K. Goldberg.

Opciones de respuesta:

a) No
b) Un poco
c) Moderadamente
d) Bastante
e) Muchísimo


1. Hago las cosas despacio - No

2. No veo claro mi porvenir - Bastante

3. Me cuesta concentrarme al leer - Un poco

4. La felicidad y el placer parecen haber desaparecido de mi vida - Moderadamente

5. Me cuesta tomar decisiones - Bastante

6. He perdido el interés por las cosas de la vida que eran importantes para mí - Bastante

7. Me siento triste, deprimido y desgraciado - Moderadamente

8. Me siento intranquilo y no puedo relajarme - Bastante

9. Me siento cansado - Bastante

10. Debo hacer un gran esfuerzo, incluso para las cosas más sencillas - Moderadamente

11. Me siento culpable y creo merecer un castigo - Moderadamente

12. Me siento fracasado - Un poco

13. Me siento vacío, más muerto que vivo - No

14. Mi sueño está perturbado: duermo poco, demasiado o irregularmente - Bastante

15. Me pregunto cómo podría suicidarme - No

16. Me siento atrapado y sin salida - Un poco

17. Me siento deprimido, incluso cuando me suceden cosas buenas - No

18. He perdido o ganado peso sin haber seguido una dieta - Un poco

Por favor, asegúrese de que ha contestado a todas las preguntas
Este test es sólo orientativo y en ningún caso pretende sustituir la opinión de un médico.

Fuente: Departamento de Salud y Seguridad Social del Reino Unido.

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Resultado del test:

Ha alcanzado el nivel 30 en la escala de Goldberg:


0-9 Depresión poco probable

10-17 Posible depresión menor

18-21 Al borde de la depresión

21-35 Depresión menor a moderada

36-53 Depresión moderada a grave

> 54 Depresión grave


Tiene síntomas de depresión. Estos síntomas parecen tener una repercusión importante en su vida cotidiana.

La depresión es una enfermedad como cualquier otra, y puede ser tratada con éxito. El reconocimiento de que se tienen problemas depresivos es el primer paso del tratamiento. Si se siente deprimido, consulte lo antes posible a su médico. Naturalmente, puede contar también con su familia o con sus amigos. Busque ayuda hasta que se sienta mejor. Cualquier persona puede sufrir una depresión, pero los síntomas pueden variar de un individuo a otro. Los tratamientos (con medicamentos psicoterapéuticos) son habitualmente muy eficaces.


Por favor, tenga en cuenta que el resultado de este test no constituye una evaluación definitiva de su salud mental. Si se siente deprimido, siente que las preocupaciones y la ansiedad controlan su vida y afectan a sus actividades diarias, debe consultar a su médico.

Consejero médico: Dr. Pierre Levasseur, médico general.
Fuente y copyright: Dr. Ivan K. Goldberg.

Como bien ha dicho el test, esto no es claro ni mucho menos, sino unas directrices para el profesional de turno, pero las respuestas son sinceras y si tanto médico lo usa será por algo. No sé que pensar.



viernes, 26 de noviembre de 2010

Inteligencia Artificial

Por qué lo llaman estoque cuando quieren decir mandoble. Miro a mí alrededor y capto en mis más cercanos amigos increíble fuerza y determinación, siendo capaces de apartar el dolor y la soledad del día a día solo ellos saben con qué mecanismos. ¿Quizás no sientan la soledad igual que yo? Puede ser, pero no sé qué puede significar eso: por un lado podría querer decir que poseen mayor fortaleza por no depender de nadie o bien podría ser que, en ocasiones, son incapaces de sentir más allá de lo básico.

Creo poder afirmar con cierta certeza que mi felicidad depende de una persona, lo cual desde mi punto de vista es un hecho realmente bonito y cuya sensación debería ser experimentada por todo ser humano al menos una vez en la vida, siempre y cuando esa persona desee amarte y ocupar esa posición en tu vida el resto de la suya. Esta última parte es la que me escapa.


Teniendo en cuenta mi edad la gran mayoría de personas que me rodean han pasado por una situación similar, casi calcada. No soy un necio y jamás he creído en eso de las “historias únicas” y demás sandeces, sin embargo sí que veo a la gente que me rodea ha sido bastante capaz de olvidar y/o superar el asunto con cierta facilidad y al menos a día de hoy aparentan estar sanos mentalmente. Como no podría ser de otro modo le doy vueltas en la cabeza y a menudo caigo en elucubraciones, a priori sin sentido, como que no saben querer, no les han sabido amar, no entienden el concepto de echar de menos o simplemente se complican demasiado para los dos días que estamos sobre el planeta.

Cuando llego a este punto suelo echar el freno y pararme a pensar en la opción objetivamente más lógica, que se remite a mi debilidad y excesiva dependencia emocional para ser feliz hacia aquellos a los que quiero, especialmente hacia mi pareja por supuesto, en comparación con la mayor fortaleza de los que rodean. En esta vicisitud me encuentro con más frecuencia de la que me gustaría, a veces nacida de la inseguridad al presenciar diversas situaciones y en otras ocasiones iniciada simplemente por el mero acto de darle vueltas a las cosas a fin de conocerme un poco mejor, lo cual, dependiendo del tema, es un error garrafal.

Tras ahogarme en inexistentes problemas generados casi en exclusiva por mi imparable inseguridad termino aparcado siempre en la misma situación: me fuerzo temporalmente a no requerir a nadie, pues siempre termino incordiando y en ocasiones hostigando a quien menos lo merece. De un salto paso de la terquedad a la humillación personal, de prometerme no recurrir a ella a trata de ponerme en contacto como sea, poco a poco permito que la ansiedad se apodere de mí hasta que vuelvo a caer en la rutina. Tras ello una breve paz me invade hasta el siguiente episodio de ansiedad que nunca sé cómo puede aparecer. Por un limitado espacio de tiempo, a veces de minutos a veces de un par de días, entiendo parcialmente como se ha de sentir un drogodependiente.

Esta situación está en mi vida desde que rompí, por voluntad propia, con mi ex-pareja, la cual me aportaba una tranquilidad desconocida hasta entonces para mí. De esto hace ya más de un año y desde entonces he tenido oportunidad de considerar el asunto desde multitud de puntos de vista, desde al más básico hasta el más neurótico, puesto que tras el fin de nuestra relación decidimos, de mutuo acuerdo, mantener la convivencia como meros amigos. El único consejo que os puedo dar es que aquí se os presentara una gran decisión, ¿queréis realmente entenderos a vosotros mismos?

Si os parece absurda mi pregunta, es que realmente os conocéis, en cuyo caso mi consejo es que no conviváis con vuestra ex-pareja, lo vais a pasar fatal para nada. Si por otro lado al leer la pregunta habéis respondido de modo afirmativo mentalmente es que no tenéis ni pajolera idea de cómo sois. En esta situación podéis optar bien por huir de la convivencia (insisto en que siempre es la opción más sana) o bien podéis intentar apostar por la convivencia y tratar de entender un poco mejor vuestra forma de ser. Como ya imagináis, esta última opción fue el camino que decidí tomar.

Tras terminar la relación (y dejar pasar los días de rigor que toda persona necesita para darse cuenta de la estupidez que ha cometido al terminar y perder lo que se ha tirado buscando toda su juventud) me percate de que quería volver con ella, lo cual evidentemente no dio resultado, pues de ser así no estaría escribiendo esto xD. Dramatizando un poco; mi vida a partir de ese rechazo ha sido un auténtico infierno personal. Pasé de la vida perfecta a no tener nada y no volver a querer tener nada que no fuese en su compañía como pareja.

He tardado aproximadamente un año en darme cuenta de que he enfocado mal mi problema, porque confundía sentimientos, lo cual me trastornaba aun más. Desde mi punto de vista creo que tengo un gravísimo problema de inseguridad y dependencia que he tardado en descubrir, bien por no darme cuenta o por no querer darme cuenta. Y por otro lado, en los breves episodios que tengo de normalidad personal, soy bastante capaz de discernir lo que siento aun por mi ex-pareja, lo cual, en cierto modo, es más fuerte de lo que he sentido nunca por ella. No estoy enamorado de ella como lo estuve en su día, que hubiese bebido las aguas por ella cada momento de nuestra vida, sino porque he tenido la oportunidad de comprobar que como persona, aparte de cómo mujer que eso ya es a gusto del consumidor, es sensacional. Pero esto es un tema que necesito aparcar de una vez por todas.

Seguramente en una situación normal, sana y natural, podríamos perfectamente volver a enamorarnos. Pero esta idea está más que aparcada por ahora, y más teniendo en cuenta que no quiere saber absolutamente nada de hombres. Mi necesidad personal más inmediata es terminar de conocerme, saber donde están mis límites, abogar por una vida mental sana e independiente de cualquier otra persona, y luego ya se verá.

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Editado: 27/11/01

Pies en el suelo... ¿al fín? al menos parcialmente. A parte de mi problema personal, que no es más que una leve depresión la cual espero poder tratar sin recurrir a los antidepresivos de rigor que te dejan doblado, he estado hablando con mi ex-pareja y entre pitos y flautas me ha dejado claro que la imposibilidad de una futura relación con ella se basa en que, al haberle fallado ya en una ocasión, le resulta imposible volver a confiar en mi de ese modo.

Esto es perfectamente razonable, seguramente en caso contrario yo actuaría igual, de hecho el 80% de las personas pseudointeligentes que conozco actuarían así, pero como este es mi blog y escribo lo que me da la gana me cago en la puta madre que me parió. Siempre albergué una esperanza de que ella se parase a pensar lo fantástica que sería una relación entre nosotros bien llevada; pese a que abogase porque no tengamos nada que ver entre nosotros yo creía que esto no era un problema, pues no lo fue en un principio. El problema es que yo no sabía de su desconfianza, pecando de iluso y confiando en que la herida, en lugar de semptierna, era temporal. Todo tiene un fin y este, para mí, el peor y más desolador de los que me encontraré.

martes, 16 de noviembre de 2010

Ser Hombre

Dando tumbos por Internet, como cada mañana, he leido una especie de "lista", que es cuanto menos curiosa, de lo que el internauta anónimo opina necesario para ser un hombre.


"Por qué ser hombre no es nada más ser varón, simple individuo del sexo masculino. Ser Hombre es ser persona, es decir: alguien distinto y diferente de los demás. Es ser creador de algo; un hogar, un negocio, un puesto, un sistema, una vida. Es hacer las cosas, no buscar razones para demostrar que se pueden hacer. Es levantarse cada vez que se cae o se fracasa, en vez de explicar por qué se fracasó. Ser Hombre es entender el trabajo no como una maldición, sino como un privilegio.

Un hombre es un ser digno, consciente y responsable de sus actos.

Un Hombre es aquel que conquista a una mujer, no el que se deja conquistar por ellas. Este tiene otro nombre, bien despreciable por cierto. Alguien ha dicho que ante la mujer, no le quedan al varón más que dos caminos: ser un ruin o ser un asno, pero no es verdad; si además de ser varones sabemos ser verdaderamente hombres, la disyuntiva es otra: ser unos ruines o ser, sencillamente HOMBRES!

Porque ser Hombre es tener vergüenza, sentir vergüenza de burlarse de una mujer, de abusar del débil, de mentir al ingenuo.

Ser Hombre es trazarse un plan y seguirlo, pese a todas las circunstancias exteriores. Es saber decir "me equivoqué", y proponerse no repetir la misma equivocación. Es saber lo que se tiene que hacer, y hacerlo; saber lo que ha de decirse; y decirlo. Es comprender la necesidad de adoptar una disciplina basada en principios sanos, y sujetarse, por propia y deliberada voluntad, a esa disciplina.

Ser Hombre es levantar los ojos de la tierra, elevar el espíritu, soñar con algo grande. Es comprender que la vida no es algo que se nos da ya hecho, sino que la oportunidad para hacer algo bien hecho.

Hombres de esta talla y de esta alcurnia los necesita el mundo."



Según este texto: ¿Si no eres capaz o no te interesa crear un hogar, un negocio, un puesto, un sistema o una vida no eres hombre?, ¿buscar razones para demostrar qué cosas se pueden o no llevar a cabo implica no ser hombre?, ¿buscar explicaciones de porque se ha fracasado te convierte en menos hombre?, ¿si eres conquistado por una mujer no eres hombre?, Marcarse una meta y no llevarla a cabo, ¿te sitúa como menos hombre?, No siempre se sabe lo que se ha de hacer o decir, ¿a caso esto te convierte en no-hombre? Poner en duda este texto ¿implica dudar de uno mismo y ser menos hombre?

Imagino que cada uno tiene su opinión.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El por qué de un esfuerzo absurdo

¿Por qué debemos esforzarnos por algo que creemos no tiene solución? No, no... que comentéis y me lo expliquéis, que no lo entiendo.